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viernes, 22 de octubre de 2010

ÁMBITO FINANCIERO
CRÍTICA


«Las primas»: Notable adaptación de una novela perturbadora
Una sensibilidad exquisita en medio de la sordidez





Rodeada por un estupendo elenco, Marcela Ferradás brinda un capolavoro en el papel protagónico, y el gran acierto de la puesta de Podolsky es que nunca cae en el mal gusto ni en la violencia gratuita.


Por: Patricia Espinosa
La escritora austríaca Elfriede Jelinek definió a la familia como «ese buitre, que se considera a sí mismo un animal doméstico». Una generalización que tal vez resulte desmedida. Pero si la comparamos con el perturbador panorama familiar que brinda la pintora Yuna Riglos en «Las primas» (la premiada novela de Aurora Venturini, adaptada para la escena por Marcela Ferradás y Román Podolsky) cualquier metáfora empalidece ante los horrores que evoca la protagonista.

Su anecdotario da cuenta del autoritarismo materno; de las maldades de su prima Petra (liliputiense, prostituta y eficaz seductora); de la parálisis y deformidad de su hermana Betina; de la insólita intromisión en su hogar del profesor de pintura quien termina violando a la monstruosa minusválida, entre otros desmanes y humillaciones sufridas por la propia Yuna.

Tantas vejaciones han hecho que se defina a sí misma como «una minusválida reeducada», pero siempre al borde de la caída, por proceder de «una familia degenerada y maltrecha». Su leve trastorno de lenguaje más su obsesiva dependencia del diccionario (donde, además de palabras, rastrea experiencias que no comprende o que llegaron a su vida demasiado tarde), la convierten en un bicho raro que pone en la picota los criterios de «normalidad».

La lucidez de sus declaraciones, su sorprendente humor negro, así como el desparpajo y la simpleza con que indaga en temas sexuales y otros tópicos que la dinámica familiar ha tranformado en algo tenebroso, hacen que el espectador quede prendado de su discurso. Felizmente, no se percibe ningún lastre literario en esta versión teatral que nunca pierde ritmo y cuenta con notables interpretaciones.

Ferradás vive los avatares de Yuna (desde la infancia embrutecida a la sabia madurez) con gran intensidad y riqueza de matices. Un capolavoro, que divierte y emociona por igual.Junto a ella, dos actores estupendos: Laura Ortigoza (inolvidable su composición de la enana Petra) y César Bordón en dos roles masculinos de ricos contrastes (e igual nivel de degradación).

El gran acierto de la puesta es haber enriquecido el monólogo de la protagonista (la novela está narrada en primera persona) con la permanente interacción de otros personajes secundarios cuya presencia resulta indispensable para entender el infierno que debió atravesar esta atípica heroína para recuperar su dignidad y todo lo que perdió en ese intento.

Podolsky logró un saludable equilibrio entre los aspectos más sórdidos y patéticos de esta historia de trazo grueso y la exquisita sensibilidad de su protagonista. Pese a jugar con la fealdad y lo deforme, o con la trasgresión de ciertos tabúes, «Las primas o la voz de Yuna» nunca desbarranca en el mal gusto ni en la violencia gratuita. Cuenta, además, con una escenografía y vestuario de gran belleza plástica.


«Las primas o la voz de Yuna». Sobre novela de A. Venturini. Adap.: M. Ferradás y R. Podolsky. Int.: M. Ferradas, L. Ortigoza, C. Bordón y F. Marrale. Dir.: R. Podolsky. Mús. Orig.: F. Marrale. Esc.: J. Ferrari. Vest.: L. Gutman. Ilum.: E. Sirlin (Teatro Cervantes).

http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=549534

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